Ir al contenido principal

Maestro de maestros: Prólogo a "Voces postergadas", de Gustavo Adolfo Wyld Ferraté

He aquí un poeta de grueso calibre. Desde el primer poema de este libro encontré una resonancia única, propia. La «Madriguera» de Gustavo Adolfo Wyld Ferraté es la puerta a una colección de poesía con suma musicalidad, lirismo y suntuosidad, revelada en «Voces postergadas».

Sus lecturas son evidentes y apreciables. La poesía resuena y construye nuevos lenguajes, nuevas sonoridades e imaginería mental. Los referentes que presenta el signo a través de la poesía, se multiplican en caleidoscopio infinito; son fractales barrocos, modernistas, vanguardistas, posmodernos que evidencian la capacidad lírica, pero sobre todo, la abundancia de lectura y gozo que esta produce en el autor.

La cercanía estilística con grandes poetas del país, como Miguel Ángel Asturias, Margarita Carrera o Delia Quiñónez, hace que bebamos de un agua que es como el ron de esta tierra única, embriagante y llena de elegancia. Con notas fuertes y remanente en el paladar poético. Versos que permanecerán y que deben ser cuidados como tesoros de la poesía guatemalteca.

Luis Pedro Villagrán Ruiz

Ciudad de Guatemala

1 de julio de 2021


«

Madriguera

En mi cueva hay unos cuantos libros

y un puñado de pesares.

Un sol anaranjado

que extingue su fuego

en el océano.

Seis o siete acuarelas

un óleo de aves con el pico caído.

Hay un faro blanco que resalta

contra el azul tenebroso de las olas.

Mi nostalgia marinera se refugia

tras los lomos de dos ballenas aeróbicas y francas.

Un mar se quiebra en tres a mis espaldas

y se rehace en secuencia horizontal muy conveniente.

Mil pedazos de mí ocupan la silla giratoria,

ajena a mí como los dirigibles y los aeroplanos.

Un calabozo, una computadora

veintitrés mil grilletes

en el Cabo Cañaveral de mis afanes.

Por las paredes de mi cueva trepa

todo lo que tengo de cromañón y primitivo.

Busco el modo de decir callando.

Crucifico mi lengua con clavos de silencio,

y la cesta de basura absuelve mi herejía.

Entonces, por los muros de mi cueva,

se arremolina y agita mi fantasma,

con castañuelas de sal desparramada.

Un rinoceronte de aire trota en mis pulmones.

Y como en mi oficina no hay luna tibia donde poner los ojos

ni noche oscura donde reposar el sueño

ni yegua negra sobre el pecho,

monto al pelo el potro de la vigilia.

Delirante, sacudo el polvo de mis ojos.

Allí me inscribo, Tauro desarraigado,

rota la fuente de mi poesía, malherido.

Voy del susurro a la semilla, procreando,

esculpiendo lúgubres bostezos.

Así es mi madriguera, este pesebre, esta mísera oficina

que asignan en las universidades a los que escriben poesía:

páramo donde he plantado mis ceibas mentales,

mis arbustos ignorados, mi grama y mi miseria.

Por este cubil deambulo y me despueblo,

me lleno de fosfóricos azores,

me desplumo

y amenazo a mi prójimo desleal

con el puño lleno de frutos disecados.

Me lluevo,

me diluvio,

lleno de sangre mis arterias,

pongo el pie para caer de nuevo.

Con la esponja al borde de los ojos,

rabia por salirme un llanto incontenible.

¿Cómo no renegar, dinosaurio de angustia?

¿Cómo no maldecir, toro, en este penal Altamirano?

¿Y si acaso fuera un manantial de despedidas?

¿O tal vez un delicado instrumento de tortura?

¿Y yo, un recluso voluntario,

que lleva al paredón su alicaída fe?

¿Y si fuera el gastado calendario que anota mis días,

fusilándome aquí, en esta madriguera?

»

Gustavo Adolfo Wyld Ferraté  -  Voces Postergadas  -  Serie Periferia




Disponible en Sophos y Libro Abierto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre "Santiago, de todos los caballeros", de Luis Pedro Villagrán Ruiz

Luis Pedro Villagrán Ruiz nos obsequia en Santiago de todos los caballeros una narración impecable; llena de tabúes y verdades que la sociedad ha pretendido ignorar; tal como se cubre el sol con un dedo. El arriesgado contenido y la desnudez de un alma atormentada se desvelan con la sutileza de una melodía y la desbordante ira del ser incomprendido. Santiago –Santi– es un joven católico con sueños y deseos por ser él mismo y por demostrar su devoción a la Virgen de la Concepción, pero sus deseos más íntimos no son del agrado de la sociedad; sobre todo de la Iglesia. La travesía del ser homosexual en un ámbito educativo religioso –en una sociedad que se jacta de sus valores cristianos y autoridades patriarcales– sobrepasa los límites de los derechos humanos. Un ser «especial», «diferente», «raro», «sensible»... rebelde; y cuantos adjetivos similares existan, siempre estará bajo la mirada del rigor social; precisamente porque rompe los estándares y se rebela ante todo –incluso– ante sí...

Sobre "Suelo incierto", de Luis Pedro Villagrán Ruiz

Encuentro los poemas de Suelo incierto con algunos puntos que me parece importante comentar. En principio, en cuanto a la construcción de los versos, noto esa capacidad de síntesis esencial en la poesía. Al respecto de las ideas versadas, sería inútil desmenuzar los textos, pues los considero sólidos y definitivos. Hay emociones personales que se desatan, una introspección de lo que una persona, sea quien sea, puede querer decir sin atreverse y que puede también quedar perfectamente oculta con el empleo de esa metáfora sin presión, figura maravillosa cuando no se ve forzada, cuando construye escenario de la manera como ocurre en cada uno de tus textos que así toman un rumbo narrativo, como de escena de película. Noto en cada uno de los tres apartados un sentido distinto y particularmente me quedo con el primero, que es mucho más íntimo o que, posiblemente, me hace sentir identificado en este momento... Al final de la lectura, cada verso siempre llega en el instante preciso "conoc...